... Allá en los 60, un día paseaba con mi querida tía Concha cuando sentí unas grandes ganas de hacer un pis. Se lo dije a mi tía y ella me regañó con dulzura explicando: "Mira, Carlos, hijo..., no puedes hacer pis en la acera. La acera es de todos y no está bien ensuciar una propiedad de toda la sociedad..."
Seguimos caminando pero como no podía aguantar más, me acerqué a un árbol. Pero mi tía Concha me previno: "no Carlos, el pobre árbol nos da sombra y hace la función clorofílica depurando y purificando el aire. No podemos hacer pis en al árbol, nos es muy útil y además es muy bonito".
Entonces salí corriendo contra un coche y mi tía me dijo: "no, Carlos, a lo mejor es un trabajador que necesita el coche para vender los productos de su empresa, las cosas útiles no podemos mancharlas". Y al final miré una furgoneta que ni me parecía útil, ni bonita, ni que prestara servicio a la sociedad. Por supuesto, miré a mi tía antes de nada esperando su reproche, pero me dijo: "mea ya de una vez... ¿a qué esperas, bobo?"
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