Ante las quejas de los vecinos que veían a Robinson como una amenaza, se presentó la policía con claras intenciones de "devolver el orden" a su "cauce natural".
La putada para los maderos — y para los vecinos racistas que lo denunciaron— es que Kenneth tenía las llaves del inmueble proporcionadas por el juzgado y una acta de ocupación legal.
Los dueños originales abandonaron la casa por impago, y fue otorgada la propiedad al banco, en ejecución de la hipoteca. Peeeeero..., el banco quebró y Robinson —atento a la jugada y sin tener que ver con nadie— la reclamó depositando en el juzgado la asombrosa cantidad de 16 dólares.
Veremos si, con el sistema judicial yanqui —recursos y contrarrecursos—, el bueno de Kenneth se termina quedando allí.
Más detalles en:
http://www.elmundo.es/america/2011/09/29/estados_unidos/1317315528.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario