Parece ser que el lunes 7 de mayo de 2012, un “comando
anarquista con vínculos internacionales” reivindicó el atentado a pistola en el
cual resultó herido en una pierna Rodolfo Adinolfi, consejero delegado del
grupo Ansaldo Nucleare, controlado por la corporación militar Finmeccánica.
Adinolfi , de 53 años de edad y físico nuclear de
profesión, fue herido en una pierna por un desconocido que le disparó a la
salida de su casa en Génova y después desapareció junto al motociclista que le aguardaba
en un punto de apoyo.
Este hecho, que ha tenido gran relevancia en la
prensa internacional, oculta, interesadamente, parte de la información —como
parte del sistema que la prensa es, y como no podía ser de otro modo—.
La cuestión puede ser como la comunican los medios
oficiales de información o puede ser contada de otra manera.
El caso es que parece ser que esa entidad, la Federación
Anarquista Internacional (FAI, siglas de reconocida resonancia histórica en
España, aunque no parece que tengan relación alguna), fundamenta sus acciones en
la respuesta a las consecuencias que tienen sobre la población obrera italiana las especulaciones de la banca
internacional, las operaciones especulativas y la crisis capitalista mundial.
Las consecuencias de la crisis que los mercados
financieros y sus especuladores han creado para enriquecerse rápidamente, han
provocado un aumento de los suicidios en el país transalpino de manera
exponencial (fenómeno también observado en Grecia —con un 40% de aumento—, Portugal, España o Francia).
Hipotecados en vías de ejecución, parados, personas
sin futuro alguno, excluidos del sistema (ancianos, jóvenes, parados de larga duración,
mayores de 45-50 años) no ven salida alguna dentro de un sistema que les excluye.
La gravedad de la situación de países como,
Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y
España (los “PIGS” para los anglosajones dominantes del negocio) y las consecuencias
que están teniendo en la población (parecidas a la crisis del 29 en EEUU) dan
como resultado un crecimiento en la tasa de suicidios en la Europa del sur y mediterránea. La diferencia con aquella crisis del 29 es que los suicidados de
ahora son obreros, no inversionistas.
Sea como fuere, la FAI italiana ha hecho suyos los
motivos de tanta muerte provocada por los capitalistas y ha pasado a la acción.
No es de nuestro gusto la acción. Pero hay que reconocer que la desesperación del pueblo puede tomar a veces estos derroteros, ante la violencia del paro, la violencia de las ejecuciones de hipotecas, la violencia de la exclusión de los sistemas sociales por los salvajes recortes de servicios. Algunos son los responsables (pocos), y muchos somos las víctimas.
Cuando no hay soluciones. Cuando todo está perdido, cuando la situación lleva
a obrer@s a suicidarse, mientras los especuladores financieros se mueren de la risa. Cuando nadie hace nada para cambiar esta locura
capitalista... llega la desesperación. No hay paz social sin justicia social.
Así están las cosas, llegando a límites
insospechados hace pocos años.
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