domingo, 17 de abril de 2011

El único cura que tolero

   No era exactamente un cura. Era un predicador evangelista.
   Se llamaba Solomon Burke. Pero cantaba... (¡como dios!).
   Si no hubiera sido negro, le habría disputado una silla al mismísimo Elvis Presley en el olimpo de los cantores. 
    Murió en octubre del año pasado. 
    Legendario cantor de Soul y Blues de los 60, ha sido el único curaza que he soportado.
    Pero es que abría la boca (para cantar) y el mundo se paraba.     
    Seguramente la cagaba cuando abría la boca para predicar... Pero la evidencia es la evidencia. 
    Desde sus notas más altas hasta los registros más bajos, Burke bordaba el feeling sureño octava tras octava, y el imaginario colectivo se llenaba de poso sustancioso con sabor antiguo, profundo y misterioso.
   Aquí una prueba: Cry to me. Los años 60 nos vuelven para fliparlo como se merecía.
    Hacía falta recordarlo, que en octubre del año pasado uno estaba demasiado liado para hacerlo. Ya era hora. Un cura que cantaba de cojones.

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